Otra mirada sobre la realidad aborigen

En la tierra del Cacique Catan, en Las Tolderías, a unos 35 km de Charata, unas 120 familias de la etnia mocoví trabajan a diario para su sustento y lo hacen desde hace varios años cultivando la tierra. Sueñan con que en un par de años más Las Tolderías pase a ser un barrio y no sólo una pequeña comunidad, y trabajan a diario para conseguir esto.
Antonio Mocoví, uno de los referentes más importantes que tiene la Asociación Comunitaria “Las Tolderías”, reconoce que la figura del Cacique Catan fue muy importante para la comunidad, fue y es uno de los caciques más conocidos de la provincia, “pero debemos decir que aparte de ser un cacique fue un gran político, siempre gestionando cosas para su comunidad, y así fue creciendo esta zona, tenemos Registro Civil, Sala de Primeros Auxilios, escuelas. Y fue el Cacique Catan el primer aborigen que estuvo al frente de un Registro Civil en el año 1973”.
Esta comunidad está compuesta por 120 familias distribuidas en una superficie de 2300 hectáreas, que abarca la comunidad de Las Tolderías, es la comunidad Mocoví con más espacio físico en la zona. Ubicada en un lugar estratégico donde los campos son valuados en dólares y son los más caros de la zona.

Trabajar para vivir
“Es una comunidad que dentro de todo vivimos bien, cada familia salimos a pelear la vida, a trabajar para vivir la vida como corresponde. Así como muchísimos años soñamos con la luz eléctrica, nunca imaginamos que íbamos a tener luz eléctrica, pero conseguimos y hoy es una realidad”, dijo Antonio. “Cada día tratamos de vivir de la mejor manera, tratando de copiar al blanco”.
Esta comunidad vive fundamentalmente de la agricultura, dice Antonio Mocoví que la agricultura fue lo que promovió y movilizó todo el tiempo a esta comunidad. “La mayoría de los que vivimos acá trabajamos en agricultura, algunos son agricultores, otros son peones rurales, tractoristas, y hoy gracias a Dios podemos decir que estamos bastante bien porque hemos aprendido. Es verdad que hay cosas que quisiéramos que sean mejor pero no nos quejamos, trabajamos”.
En cuanto a la tarea en el campo, dijo Antonio Mocoví que la comunidad trabaja dentro de la comunidad y fuera también. Dijo que los que trabajan afuera lo hacen como tractoristas, maquinistas, juntan raíces, desmontan, es decir que realizan trabajos desde el más alto nivel agrícola hasta el más bajo. Los que quedan dentro de la comunidad se dedican a la crianza de animales de granja, a la agricultura.
Para realizar los trabajos de campo, la comunidad Mocoví cuenta con maquinaria para sembrar, esto fue gracias a que la comunidad presentó un proyecto en el año 1984 ante una Fundación Internacional, y tras la aprobación del mismo consiguieron comprar dos equipos Massey Ferguson con herramienta completa, “tengo el orgullo de decir que hasta hoy en día nosotros tenemos conservadas esas herramientas de trabajo y las seguimos usando”, dijo el dirigente aborigen.
Al referirse a esta importante adquisición dijo que: “estas herramientas se consiguieron porque la juventud de aquel tiempo ya venía trabajando con los gringos, y sabían el valor de una herramienta para el campo y gracias a Dios ahí está el equipo, y debo decir que es la única comunidad, la única asociación con personería Jurídica más antigua, porque nació en el año 86 y sigue en vigencia hasta la fecha, fue una de las asociaciones que primero se organizó”.

Solo necesitan gasoil y semilla
Siempre en relación al trabajo con el campo, el dirigente de Las Tolderías dijo que para trabajar no necesita un consorcio, sólo necesitan gasoil y semillas porque las herramientas las tienen, y trabajo de campo también. “Yo digo siempre que en Las Tolderías ha habido gente importante, y todos los dirigentes que asumieron siempre fueron conscientes que la agricultura es parte de nuestra vida”.
Recordó que en la comunidad se hace todo tipo de agricultura menos soja, hace maíz, girasol y algodón, y las familias aborígenes en Las Tolderías tienen sus propias tierras y las trabajan, todas son propiedades individuales.
En Las Tolderías la economía no es de subsistencia, sino de producción, venden maíz, algodón, venden animales.

El monte es aprovechado y cuidado
“El monte se lo aprovechó en su momento, la comunidad cuando necesitó aprovecharlo se lo aprovechó, hubo momentos difíciles, muy duros en la comunidad Las Tolderías, que nos tocó ir a tumbar un poste, a tumbar un rollizo y vender para poder vivir, hasta que nos fuimos acomodando. Ahora nosotros tenemos el monte ahí conservado, algo nos queda, pero sabemos conservarlo también. Cuando necesitamos aprovechar el monte lo aprovechamos, toda la comunidad lo aprovechó y nos dio mucho sustento”, ejemplificó.

“Si un aborigen no tiene para comer es porque no trabaja”
Antonio Mocoví no está de acuerdo con algunas publicaciones que dan cuenta de que existen aborígenes que se mueren de hambre o por desnutrición, sobre este punto dijo que: “si hoy decimos que un aborigen se muere de hambre, que creo que no es tan así, y a muchos seguro no les va a gustar lo que digo. Si hoy si un aborigen no tiene para comer, debe ser porque no trabaja o algo pasó, no creo que sea por falta de trabajo”, sostuvo Antonio Mocoví, que defiende la cultura del trabajo como única forma de superarse y conseguir el bienestar que toda comunidad grande o pequeña necesita. “Queremos mostrar a la sociedad que las comunidades aborígenes tienen un destino de desarrollo, de vida propia y no de vivir constantemente del estado”.

“La vida hay que pagarla”
Con una fuerte raigambre cultural, expresa su dirigente que en Las Tolderías todos son conscientes de que: “la vida hay que pagarla y nosotros a los jóvenes les enseñamos que nada es gratis en la vida, nadie te regala nada, desde el aporte más pequeño, como pagar para usar la cancha de futbol, nos hace pensar que no tenemos que vivir del estado. Si bien es cierto que el Estado tiene su compromiso con la comunidad, nuestra idea es que sabemos que tenemos que pagar y somos conscientes de ello, acá nada es gratis. Si bien es cierto que hay ayudas sociales que por ahí nos quiere llevar a tener una mala costumbre de no hacer nada y tener sueldo, pero nosotros no queremos que nuestros hijos aprendan eso, si viene, viene.”

FUENTE: DIARIO NORTE







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